El primer episodio de Saturday Night Live después de las elecciones en EE. UU. presentó una apertura fría que retrataba humorísticamente a Donald Trump como una versión 'caliente y musculosa' de sí mismo, con el elenco elogiándolo sarcásticamente para evitar ser incluidos en una 'lista de enemigos'. La parodia también incluyó una burla a Elon Musk, con el personaje afirmando que ahora 'dirige el país'. El segmento fue una interpretación satírica del clima político posterior a las elecciones, con SNL utilizando el humor para abordar preocupaciones sobre la influencia de Trump y el creciente poder de Musk. Dana Carvey hizo una aparición especial, añadiendo al tono cómico del episodio.
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